miércoles, 15 de noviembre de 2017

Que su ausencia se note




Cuando una obra de arte pública desaparece ante las narices de los responsables de su salvaguarda, perdemos todos. 

When a piece of art disappears in front of those in charge of keeping it, we all lose.

Con la desaparición del cuadro de Los Mojosos perdimos todos. Absolutamente todos. Y 'todos', implica a sus legítimos dueños. Sólo ganó ¿ganó? el que la sustrajo y aún así, todavía mantenemos razonables discrepancias de que aquella innoble mano, amiguísima de lo ajeno, ganase. Queda partido. Resta vida. ¡Cuadros más grandes han aparecido!

Pero la obra no desapareció por una pericia delictiva, antes bien por una obvia torpeza de custodia, que es bien distinto. Y por toneladas de nefasta praxis; cutre, propia de países con subdesarrollo. 



¿Que usted quiere reproducir una obra pública inventariada ilustrando la portada de unas actas de un congreso? Muy bien, hágalo; pero no descuelgue el cuadro y lo lleve a la imprenta. En todo caso proceda a hacerlo al revés. De sentido común. De cajón de madera de caoba de Honduras. ¿O acaso alguien descuelga un Zurbarán del Museo de Cádiz y lo lleva a una imprenta para ilustrar un díptico?

Por primera vez desde que se tiene conocimiento de su desaparición (22 de enero de 2007) se van a exponer todas las pinturas de dicha colección temática, pertenecientes al Ayuntamiento de Cádiz, que en la década de los 80 encargó a Costus, Juan Carrero y Enrique Naya. ¿Todas? ¡No!...



Sigue faltando la pintura de marras y, en consecuencia, no debe perderse de vista esta circunstancia. Cuando en breve se inauguren las actividades paralelas del XX Congreso de Carnaval, organizado por la UCA, los días 1, 2 y 3 de diciembre de 2017 entre las cuales se encuentra una Exposición: Costus y el Carnaval, cuyo espacio expositivo tendrá lugar en ECCO, Espacio de Cultura Contemporánea de Cádiz, en el Paseo Carlos III se debe dejar un hueco bien visible. Se ha de notar su ausencia, siquiera para que no se olviden nuestras vergüenzas; que quede bien clarito como las aguas atlánticas de La Alameda con viento norte, que en las narices de nuestros gestores le robaron al pueblo de Cádiz una obra pictórica perteneciente a la ciudad.



Lo propondré en la Comisión Científica del citado congreso. Veremos si prospera.

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